Una de acción...

Pues sí... en el Máster no forman sólo científicos... también estrellas del cine de acción...

La historia es la siguiente...

Acabábamos de terminar el último programa del viernes y el cansancio reinaba en el ambiente mientras se planificaba la borrachera del sábado en la salida del Instituto(planificar cámaras no... pero borracheras se nos da genial...).

Justo en ese momento, escucho un estruendo a mi espalda y me giro (giro de cabeza en Primer plano a cámara lenta mientras empieza a sonar la BSO de "La Jungla de Cristal"). Mis ojos sólo ven chispas provenientes de la carretera que pasa por el Instituto. Las chispas se convierten en una masa oscura dando giros imposibles por los aires y que tras un sonido sobrecogedor se detuvo subitamente... UN ACCIDENTE!!!!!!!!!

Mis piernas reaccionaron solas. Eché a correr junto a mi infatigable compañero Sergio Lewin. Tire al suelo los lubros que había sacado de la biblioteca y cuando me di cuenta me encontraba en plena carretera esquivando coches... Sergio estaba delante mía y con un ágil movimiento saltó la mediana. Yo, dudando de poder completar esa hazaña física, decidí seguir esquivando coches y salte, al final, gracilmente también, encontrándome con el coche siniestrado.

El olor era impactante. Aceite, asfalto, gasolina.

Sergio abrió la puerta y empezó a tirar de un joven. Yo le grité que parase... a lo que el joven accidentado respondió que estaba bien. Sergio le consiguió sacar. En ese momento le pregunté que si iba sólo en esa masa de hierros que era antes su coche. Su respuesta, NO. Le llevamos a la acera para alejarle de los tóxicos y explosivos gases que emanaban del cadáver de metal.

Ya pasado los primeros sobresaltos le observamos. Intacto. Unas pocas gotas de sangre asomando de su cabello, nada más.

Sergio, cual Colombo, le preguntó qué había pasado. El joven respondió que iba a 120km/h. Me giré y observé el coche. Un BMW. En ese momento me vino a la memoria un coche rojo que iba muy rápido junto a la masa voladora. En ese instante llegó el SAMUR (que hay que decir que pasaba por allí, no es que fuera la ambulancia que llamamos nosotros...) y se encargó del joven piji way temerario... aunque después de mi historia voy a dejar que Vicente sea el que saque conclusiones...

La historia pasó así, aunque yo he utilizado un lenguaje muy impactante, no fue mucho, aunque debo decir que el tío ha vuelto a nacer.

Siento no poder introducir fotos de mi gran aventura que he decidido titular "Rescate en la Dehesa".

Pues nada con esta gran historia me despido... Un abrazo.

Así es mi vida en Madrid, así os la he contado.